MAULE - MAULEON

Maule-Lextarre constituye la capital de la dulce Zuberoa, la agradable capital oriental de Euskal Herria. Rodeada por colinas, cruzada por el río Uhaitzandi, dominada por su viejo fuerte, esta pequeña y tranquila ciudad es la personificación del modo de ser y vivir de los zuberotarras.

HISTORIA

Las primeras nociones de Maule nos llegan de principios del siglo XI, cuando todavía vivía bajo el dominio del Vizconde de Aquitania, pero también hay quienes aseguran que su nombre viene de tiempos de los romanos. Fundada con el nombre actual en el s. XII, vivió bajo la ocupación del Duque de Aquitania, de Gastón IV y de los ingleses, hasta lograr su libertad en 1469.

Desde entonces hasta la Revolución viviría bajo un fuero propio, sin tomar parte en la jurisdicción de Zuberoa. Entre tanto, conoció la revuelta del revolucionario y patriota cura Matalas, la destrucción de la ciudad y la ejecución del propio cabecilla (1661). Históricamente, Maule ha sido, además, refugio de burgueses, capitalistas y protestantes.

LO QUE HAY QUE VER

El mejor punto para empezar a visitarla es la gran plaza-frontón que se encuentra en medio de la ciudad, alrededor de la cual se encuentran sus más importantes construcciones: en el lado norte el local de la radio euskaldun Xiberoko Botza y la Oficina de Turismo, al sur el elegante Ayuntamiento del s. XVIII (antiguo Hotel Montreal) y a su espalda (en una colina) una preciosa vista del castillo. Por último, en el lado oeste se encuentra el Palacio de Andurain-Mayte (s. XVII), uno de los palacios más bonitos de toda Zuberoa, hecho construir por el suletino Arnaud Maite, Obispo de Olorón y uno de los guías de la Contrarreforma. De fachada renacentista, en el interior destacamos la Sala de Recepciones, la Sala del Obispo, la Biblioteca con libros de la época y la buhardilla. Visitas desde el 1 de julio hasta el 20 de septiembre de 11 a 12 y de 15 a 18 horas, excepto jueves, domingos y festivos por la mañana. Entrada para adultos 3,75 €, para niños 1,80 €.

Después de ver la plaza, podemos atravesar el río Uhaitzandi por el Puente Pasteur. Si queréis contemplar una mejor vista de este río, tomad a la izquierda la comercial Rue Víctor Hugo hasta el siguiente parque y puente. Aquí podemos subir por la Rue Agustín Chaho hasta la Plaza del Mercado, justo en medio de la ciudad medieval, dominada por la Iglesia trinitaria de Santa María.

Esta iglesia se encuentra muy cerca del castillo, antigua propiedad del Vizconde de Zuberoa pero plato del gusto de muchos ejércitos, que la han querido conquistar por su situación privilegiada. Destruido en 1642 y más tarde reconstruido, su estructura data del XIV y XV, y desde aquí se puede gozar de una espléndida vista de la ciudad y alrededores. Está abierta los fines de semana del 1 de mayo al 15 de junio; también del 31 de marzo al 1 de mayo y del 15 de junio al 30 de septiembre todos los días, de 11 a 13:30 y de 15 a 19 horas. Entrada para jóvenes y mayores 2,25 €.

Para acabar la visita de Maule, podemos bajar hasta el río y, ahora atravesándolo por el otro lado (a la izquierda), llegar hasta la Capilla y Cementerio de Berraute, construido en el siglo XI por petición de los peregrinos a Santiago.

ATHARRATZE

Atharratze-Sorholuze es el segundo núcleo comercial en importancia del territorio gracias a su privilegiada situación, que la convierte en un inmejorable punto de partida para cualquier excursión por este maravilloso territorio.

En el siglo XII Atharratze era un fuerte, y en la Edad Media su Señor prefirió vivir bajo dominio inglés que bajo el del Vizconde de Zuberoa. En 1859 se le anexionó Sorholuze. Entre sus personajes importantes se encuentra Agustín Xaho (1811-58), importante escritor y patriota revolucionario.

EL MONTE MAGDALENA

Desde el centro de Atharratze podemos subir en coche hasta este monte, desde el que se contemplan las más impresionantes vistas de todo Zuberoa, desde sus maravillosos valles hasta una gran parte de los Pirineos. En la cima encontraréis una ermita, construida al parecer sobre un antiguo templo, pagano primero y romano después. Así, junto al altar mayor encontraréis otro del siglo III.