Diputación Foral de Gipuzkoa Eusko Jaurlaritza Bizkaia Turismo Argia
Página principalTierra de Estella y cuenca de PamplonaComo llegarQue verVer fotos
Tierra de Estella y cuenca de Pamplona Irantzu-Lizarra-Iratxe-Gares-Erreniaga-Zizur nagusia-Iruñea

LIZARRA - ESTELLA

Punto de origen de la Larraindantza o Baile de la Era que se ejecuta en tantas fiestas a lo largo y ancho del país, otro de los ejemplos de que ha sabido mantener vivo su folklore es la fama con la que cuentan sus dulzaineros. Pero, sobre todo, la importancia de Lizarra hoy en día la toma de ser la capital de su merindad y, por tanto, la ciudad más importante de la Navarra occidental, además de por el pacto político firmado aquí en 1998.

Así mismo, estar situada bajo las sierras de Urbasa y Andia han contribuido a vestirla de hermosos parajes, como el impresionante nacedero del Urederra; por último, tal vez para empezar, hay que decir que Estella es una ciudad de hondo calado histórico y monumental, como lo demuestran por ejemplo los numerosísimos templos que la adornan.

RESUMEN HISTÓRICO

Fundada en el s. XI por el rey Sancho Ramírez, el que por sus tierras pasara el Camino de Santiago le trajo una prosperidad de la que ha gozado durante largo tiempo. Así, se construyeron y poblaron nuevos burgos, que en el año 1266 confluirían en un único núcleo que gozó de una gran importancia y que vivió su época de oro en la Edad Media.

Desde entonces hasta hoy en día su momento histórico más relevante sucedió en el XIX, cuando constituyó una de las plazas fuertes del carlismo. Hoy Lizarra se ha convertido en una ciudad monumental que se dedica principalmente al comercio siempre importante en su economía y a la industria.

LO QUE HAY QUE VER

Lizarra está situada en un meandro surgido del río Ega y que tiene su vista puesta en el sur, es decir, en una especie de bolsa en forma de "U". A la derecha de ésta se extiende el barrio monumental, el antiguo Burgo de los Francos, a lo largo de las dos márgenes del río. Hay que decir que todo el barrio de San Pedro de la Rúa está catalogado como monumento.

De esta forma, el recorrido por la ciudad lo podemos comenzar por la Plaza San Martín, muy cerca de la oficina de turismo. ésta se localiza a un lado de la carretera que une Iruñea con Logroño, frente al puente sobre el río y justo en el centro del barrio. En medio de la plaza podemos ver la Fuente de los Chorros, del s. XVI de estilo renacentista, y a un lado de ella el antiguo Ayuntamiento, barroco del s. XVII, hoy en día juzgado, que destaca sobre los demás edificios.

Frente a éste se extiende La Rúa, la calle mayor que cruza el barrio de lado a lado. Con el Antiguo Ayuntamiento de frente, a la derecha nos aparece el hermoso conjunto de la Iglesia de San Pedro de la Rúa y la escalinata para acceder a ella. Si os acercáis a esta zona en torno al atardecer, veréis cómo queda realzada bajo la suave luz del ocaso.

La bonita fachada de esta iglesia-fortaleza (fijaos en el arco polilobulado) es del románico de fines del XII, y su alta torre se construyó con fines defensivos. En su interior, además de los ábsides y bóvedas laterales de transición (s. XIII), podemos admirar el importante conjunto de imágenes de estilos románico y gótico. Por último, podemos destacar el claustro románico, del que sólo quedan dos galerías, también del s. XII.

Bajamos las escaleras y encontramos, al principio de la calle San Nicolás continuación de La Rúa, la única construcción del románico civil de Navarra: el Palacio de los Reyes de Navarra, del s. XII. Hecho levantar por Sancho el Sabio, son de destacar sus ventanas y sus capiteles, y a día de hoy es la sede del Museo Gustavo de Maeztu.

Si seguís la calle San Nicolás, llegaréis hasta la Puerta de Castilla y, en la primera bocacalle a la derecha y ya en la carretera general a la izquierda, a Nª Sª de Rocamador, de estilo barroco (s. XVI) excepto el ábside románico y la imagen de la virgen del s. XII.

Volviendo por el mismo camino, cruzamos la Plaza San Martín para enseguida contemplar el Palacio de San Cristóbal a nuestra izquierda. En el interior de esta construcción plateresca del s. XVI (hoy en día Casa de Cultura Fray Diego) podemos visitar su agradable patio de estilo renacentista.

Un poco más adelante después de pasar una hilera de casas de estilo medieval con escudo de armas incorporado llegamos al elegante Palacio de los Gobernadores, de principios del barroco (1613). Nada más acabar la calle, nos encontramos con el Puente de la Cárcel, reconstruido donde había uno románico destruido en 1873.

Antes de cruzarlo, podemos subir hasta la iglesia de Santo Domingo (hoy Hogar del Jubilado) a nuestra derecha. A su lado se encuentra la iglesia románico-barroca de Santa María Jus del Castillo, construida sobre lo que fue la Sinagoga Judía. Por último, para terminar con este lado del río, visitaremos el Santo Sepulcro y su fachada gótica.

Ahora sí, atravesamos el Puente de la Cárcel (mirad qué elegantes quedan las casas sobre el río) y nos adentramos en el núcleo principal de la ciudad. Tomando a la izquierda la monumental calle Ruiz de Alda, llegaremos a la pequeña plaza donde se encuentra la Iglesia de San Miguel. Esta construcción religiosa de los siglos XII-XIV nos ofrece, para empezar, una fachada románica tardía de una gran riqueza iconográfica y, ya en el interior, un retablo de Santa Ana del XV y una virgen románica.

Siguiendo la misma calle, nos adentramos en el centro comercial de la ciudad, en el conjunto de calles en torno a la Calle Mayor y el Paseo de la Inmaculada. Entraremos en la Plaza de los Fueros, a la derecha de la Calle Mayor, para visitar la Iglesia de San Juan, con una puerta románica y otra gótica pero con una fachada que no se acabó de construir hasta principios del s. XX. En su interior destacaremos el retablo.

Si salimos por la esquina entre la Plaza de los Fueros y Juan de Labrit, llegaremos al templo de San Pedro de Lizarra, más antigua todavía que la ciudad (por lo menos de 1024). Un poco más adelante, en un espacio verde, nos aparece la iglesia de la Virgen del Puy, de 1951 pero que guarda una virgen gótica.

Otra vez en San Pedro, si giramos a la derecha, llegaremos al río, y por el camino pasaremos junto al Monasterio de los Recoletos. Por último, junto al agradable paseo que se extiende por el meandro, y para dar por terminada esta larga lista de monumentos civiles y religiosos, podemos visitar dos más: los monasterios de Santa Clara y de San Benito. Para acabar, después de tanto templo, bienvenido será una descanso en las amplias zonas verdes de la ciudad.

Territorio:
A Iruñea:
Altitud:
Población:
Vascoparlantes:
Extensión:
Densidad:
Fiestas:
Nafarroa
44 km.
483 m.
12.552
%9
15 km2
838 hab./km2
Festividad de la Virgen del Puy (25 de mayo)
Fiestas Patronales (comienzan el viernes anterior al 1er domingo de agosto)
Feria de San Andrés (30 de noviembre)

 

 

 

 

 

GARES- PUENTE LA REINA

En Puente la Reina confluyen las rutas del Camino de Santiago que atraviesan Nafarroa y Aragón, y, por lo tanto, la ciudad cuenta con una rica variedad monumental. El nombre castellano de Gares proviene del hermoso puente de seis arcos de medio punto sobre el río Arga (s. XI). Si os fijáis, encontraréis una placa con un hermoso mensaje en uno de los pilares del puente.

A la entrada de la ciudad se sitúa la Iglesia de la Crucifixión, fundada por los templarios. En su interior se guarda una bella talla de la crucifixión. A lo largo de la Calle Mayor o de los Peregrinos encontramos la Iglesia de Santiago, construida en el s. XII pero reformada en el s. XVI, de cuyo templo románico original nos han llegado las dos preciosas portadas. En el interior podemos admirar una importante colección de imaginería religiosa y joyería.

La Iglesia del Apóstol San Pedro data del siglo XV, pero ha sido varias veces reformada posteriormente. Por último, podemos destacar la iglesia del Convento de los Consejeros del Sancti Spiritus. De todos modos, os aconsejamos pasear por las calles de esta villa sin ninguna prisa, y así poder admirar sus casas y sus escudos heráldicos.

Nª Sª DE EUNATE

Cercano a Obanos (ver itinerario) pero en medio de ninguna parte, éste es uno de los más originales templos que jalonan el Camino de Santiago. De estilo románico tardío (alrededor del año 1170), cuenta con planta octogonal y está dominada por una imagen de la virgen sobre el altar.

El exterior está rodeado por un atrio circular de gran belleza, con columnas coronadas por capiteles con motivos vegetales. Eso sí, de los ocho lados hay que decir que sólo tres son originales, ya que los demás datan del siglo XVIII.

En cuanto a su origen, hay leyendas y misterios para todos los gustos: unos la asocian con los templarios, otros aluden a extrañas fuerzas geomagnéticas… pero lo más probable es que fuera una capilla mortuoria de la Orden de San Juan. Aun así, la tradición popular dice que fue levantada por una Reina, que yacería todavía hoy bajo sus misteriosas piedras.

Territorio:
A Iruñea:
Altitud:
Población:
Vascoparlantes:
Extensión:
Densidad:
Fiestas:
Nafarroa
24 km.
347 m.
2.124
%5
40 km2
50 hab./km2
Santiagos (25 de julio)

 

 

 

 

IRUÑEA -PAMPLONA

La vieja Iruñea se halla encuadrada en medio de una meseta atravesada por el río Arga y rodeada de montañas. No es que se nos aparezca una silueta especialmente monumental según nos acercamos a ella (no hay ningún monumento que destaque en la lejanía), pero, ya dentro de la ciudad, veremos cómo cambia el panorama.

Como escribió Víctor Hugo allá por 1843, "Pamplona es una ciudad que da mucho más de lo que promete". Por ello, a esta ciudad de larga vida se le podrían adjudicar muchos calificativos: verde, limpia, religiosa, ordenada, noble, tranquila... y durante la revolución anual que tiene lugar la segunda semana de julio: loca, cosmopolita, parrandera, salvaje, multilingüe...

LA PAMPLONA HISTÓRICA

Es cierto que en el lugar que ya los vascones llamaban Iruñea se han encontrado varios restos prehistóricos, pero no es menos cierto que la primera noticia fidedigna del lugar data de los años 75-74 a.C., cuando Pompeyo fundó un poblado para que su tropa pasara el invierno, que llamó Pompaelo.

La ciudad conocería en adelante, además de la romanización, su destrucción a manos de los germanos (año 275) y las ansias de conquista de visigodos (hasta el s. VIII) y musulmanes (s. VIII). En el año 778 Carlomagno logró romper las murallas de la ciudad, pero los vascones conseguirían vengarse en Roncesvalles y así firmar el acta de nacimiento del Reino de Pamplona primero y Navarra después.

Por otra parte, a la primitiva Iruñea poblada por agricultores se le irían sumando con el tiempo los burgos libres de San Zernín y San Nicolás, pero las diferentes condiciones de vida darían paso a numerosos litigios y odios entre unos burgos y otros.

En 1319 la ciudad pasaría de depender de las autoridades eclesiásticas a manos de la Corona, y a partir de ahí se levantarían las murallas que protegerían a la nueva capital del reino, condición que mantuvo hasta caer en manos castellanas en la invasión de 1512. Aun así, Navarra logró mantener sus fueros, por lo menos hasta que en contra de la opinión popular convirtieron al Viejo Reino en simple provincia en el siglo XIX. En este turbulento siglo, Pamplona conoció así mismo la ocupación francesa y los duros años de las Guerras Carlistas.
A principios del siglo XX, con la voladura de parte de las murallas, nació la nueva Iruñea, la ciudad moderna. Por último, en 1932 fue testigo de la votación de los ayuntamientos que preparaban la Autonomía Vasca, y desde 1978 es la capital de la Comunidad Foral de Navarra.

“FIESTA”

Durante los nueve días y noches (6-14 de julio) que duran las fiestas más famosas del mundo, Iruñea cambia radicalmente de cara, y lo que durante todo el año es una tranquila ciudad da paso a la locura colectiva.
Son nueve días de dejar las ropas elegantes en el armario, ponerse un pantalón y un niki blancos (que bien pronto serán de cualquier otro color) con faja y "pañuelico" rojos, echarse a la calle, vivir las 24 horas del día a tope, dejar los horarios a un lado, hacer amigos de todos los lugares y, en definitiva, vivir desde dentro unas fiestas que no descansan durante más de una semana; ni siquiera los parques que se convierten en masivos dormitorios.

Si solo habéis aparecido por Pamplona en San Fermines, o al revés, si solamente la conocéis durante el resto del año, es que no conocéis las dos caras de la ciudad, esas que tanto sorprenden al visitante desprevenido.
El origen de las fiestas se podría remontar al siglo XIV, cuando alrededor del 10 de octubre (el día de San Fermín por entonces) comenzó a celebrarse una feria anual. Visto el éxito que tenía, los pamplonicas comenzaron a celebrar otra a principios de julio, que con el tiempo se iría convirtiendo en fiesta. Por ello, las autoridades pidieron trasladar el día de San Fermín de octubre al 7 de julio, para así poder celebrarlo dentro estas nuevas fiestas. Los primeros San Fermines parecidos a los que conocemos hoy en día datan de 1591.
Las fiestas empiezan el 6 de julio a las 12 del mediodía con el chupinazo (la plaza es mucho más pequeña de lo que parece por televisión, así que, si queréis participar, deberéis llegar bien temprano), y terminan el 14 de julio a las 12 de la noche con el "pobre de mí" (el acto oficial es en el mismo lugar, y el de las peñas en la Plaza del Castillo).

El día siguiente, los que queden "vivos" todavía tendrán la oportunidad de correr el curioso "Encierro de la Villavesa", con un autobús de esa compañía en el papel involuntario de la manada de toros. Entre tanto, además de la consabida juerga diaria y nocturna, hay otros muchos actos a destacar:
El 6 de julio a las 4 de la tarde, en el Riau-Riau (suspendido los últimos años), la corporación municipal tratará por todos los medios de recorrer los 400 metros que separan el consistorio de la iglesia de San Lorenzo, mientras cientos de mozos les obstaculizan el paso al ritmo del Vals de Astrain.

El acto central del 7 de julio es la Procesión del Santo que comienza a las 10 de la mañana, al que acompañan la corporación municipal, txistularis, dantzaris, gigantes y cabezudos, además de diferentes autoridades civiles y religiosas, pero en el que las protagonistas son las sentidas jotas que se le van cantando al santo por el camino.

Pero si hay algo por lo que son conocidos los San Fermines en todo el mundo, es por los toros, en concreto por sus encierros. Esta peligrosa carrera entre hombres, mujeres y toros comienza todos los días a las 8 de la mañana y consta de 850 metros, que en condiciones normales se suelen hacer en unos tres minutos.

Esta tradición, que de una manera u otra ha sobrevivido durante 600 años, comienza en las Murallas, recorre empinadas cuestas, curvas cerradas, calles estrechas y otros muchos obstáculos físicos y humanos a lo largo de Santo Domingo, Mercaderes, Estafeta y la Plaza de Toros, en una tan valiente como peligrosa carrera que pone los corazones de los espectadores en un puño.

Estos seis mismos toros que han corrido a la mañana son los que matarán en la corrida de la tarde, pero aquí la fiesta, más que en el ruedo, la podemos encontrar en el jolgorio de los tendidos de sol que ocupan los peñistas y algún que otro incauto turista.

ALREDEDOR DE LA PLAZA DEL CASTILLO

El alma de la vida de la ciudad de hoy en día la podemos encontrar en la Plaza del Castillo, entre la Parte Vieja y el Ensanche. Este lugar, apropiado para quedar con alguien y para pasear, está rodeado de cafeterías, y el kiosco del centro es el punto neurálgico de cualquier actividad ciudadana. El nombre le viene del castillo que estuvo aquí en tiempos de Luis el Hutín, y ha ido creciendo entre 1550 y 1931 (hasta 1843 fue plaza de toros). Entre sus construcciones destacan el Café Iruña y el Palacio de Goienetxe.

Si salimos por la calle de San Ignacio, nos daremos de bruces con el Paseo de Sarasate, jalonado de estatuas de reyes españoles y con el Palacio de Justicia, del XIX, y el neoclásico Palacio de Navarra (hoy en día sede del Gobierno de Navarra) en sus dos extremos. Entre las importantes obras de arte de este último, podemos destacar la Sala del Trono, la Capilla y pinturas de Goya y otros renombrados artistas.

Junto a este edificio tenemos el Archivo Real, lugar de cobijo de importantes documentos de la Edad Media, y frente a él el Monumento a los Fueros, coronado por una estatua de bronce que enseña unas cadenas rotas y las leyes forales en ambas manos. Levantado en 1903 por suscripción popular, la visten inscripciones en euskera y castellano además de varias figuras simbólicas.

"LO VIEJO"

Al final de este paseo, a la derecha, volvemos por las calles comerciales de Mercaderes y San Nicolás a la Plaza del Castillo. La iglesia de San Nicolás, construida en 1117, fue varias veces destruida y vuelta a construir a cuenta de las luchas entre los burgos. La torre data del siglo XIV. Enfrente de la iglesia, en el nº 12 nació el famoso violinista Pablo Sarasate.

A su término, a la izquierda, tenemos en la Calle Zapatari un buen conjunto de casonas y edificios civiles adornados por hermosos escudos de armas, por ejemplo el barroco del nº 40, el de la adornada fachada del nº 50, el clásico del Conde de Guendulain del nº53...

Enfrente de este último (hemos tomado a la izquierda en Zapatari), en medio de la Plaza del Consejo y rodeado de interesantes edificios, encontramos la Fuente de Neptuno, de 1788. Si cruzáis esta plaza en diagonal, os encontraréis en la bulliciosa Plaza de San Francisco, entre cuyos edificios destaca la fachada modernista de la Biblioteca de Navarra.

Si también atravesáis ésta, os toparéis con la gótica Cámara de Comptos en la calle Ansoleaga, antiguo Palacio de Otazu, Juzgado de Cuentas del Reino de Navarra y actual sede de la Asociación Príncipe de Viana. Cerca de aquí, en la iglesia de San Lorenzo, se encuentran la capilla y la imagen de San Fermín.
En la Calle Mayor, paralela a Ansoleaga, podemos destacar los siguientes palacios: Del Condestable (nº 2, sede del obispado en los siglos XVII-XVIII), Redín Cruzat (nº 31, inscripción en memoria de Martín Redín, virrey de Sicilia y Gobernador de Galicia), y Ezpeleta (barroco y muy adornado, en el nº 65).

Al final de esta calle y en la plaza del mismo nombre, tenemos el Convento de las Recoletas, y a la derecha de la calle Recoletas la Plaza Virgen de la O. Esta virgen de curioso nombre (no es un error ortográfico) se encuentra junto a las murallas, en un lugar de buenas vistas sobre el río Arga.

Aunque está conectada por un pequeño puente al Parque de la Taconera, nosotros, de momento, no vamos a dejar la Parte Vieja y, de esta manera, hacia la derecha por la calle Andia, nos adentraremos en las típicas calles de antiguas casas Descalzos y Jarauta. El Convento de las Carmelitas, del s. XVII, también se encuentra aquí.

Por una calle u otra, podemos salir por Santo Domingo, de cuyos vallados salen los encierros en fiestas y que guarda en su seno el Museo de Navarra, situado en el edificio del antiguo Hospital de la Misericordia (1566). Dentro se nos enseña la evolución de la vida y el arte desde los orígenes humanos de Navarra hasta hoy en día. Abierto de martes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 19 horas; domingos y festivos de 11 a 14. Entrada para mayores 1,8 € para niños gratis y, en caso de formar parte de un grupo, 0,9 €

Si subís la Cuesta de Santo Domingo, pasáis el Hospital Militar y seguís el recorrido del encierro, llegaréis a la Plaza Consistorial, donde enseguida os asaltará una duda: "¿Cómo puede entrar tanta gente el día del chupinazo en una plaza tan pequeña?".

Enfrente tenéis el espectacular Ayuntamiento barroco de 1755-60, construido sobre el anterior del s. XV en tres alturas: bajo dórico (con estatuas representando la prudencia y la justicia), medio jónico (hermosa balconada) y superior corintio. Por último, tenemos el frontón triangular, coronado por una estatua de Hércules.

Siguiendo el recorrido del encierro, llegamos por Mercaderes a la famosa Estafeta, la calle de los toros llena de bares, tiendas y ambiente. Aquí podemos destacar el Palacio de Iturbide. Al final de la calle se encuentra la Plaza de Toros.

Ahora tomamos una de las calles paralelas a Estafeta (San Agustín, Merced) para llegar a la Iruñea más antigua, al barrio de la Navarrería. En la calle del mismo nombre tenemos la famosa fuente neoclásica de Santa Cecilia, desde la que se tiran muchos australianos, americanos y demás en fiestas. Conectada a ésta, tenemos la Plaza de San José, y junto a ella la Catedral de Pamplona.

LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA

Situada en la parte más antigua y alta de la ciudad y en el lugar justo donde se hallaba la antigua catedral románica, lo primero que nos enseña este templo es el atrio y fachada neoclásica del siglo XVIII. Si lo que queremos es visitar el interior, debemos seguir las indicaciones a derecha e izquierda.

El precioso interior gótico consta de tres naves, organizadas en planta latina y en las cuales destaca el Retablo Mayor, del s. XVI. La nave central está iluminada por dos rosetones y una hilera de vanos, y en su centro destaca el mausoleo de Carlos III el Noble y su esposa, con estatuas yacientes de ambos coronando la tumba.

Debemos destacar, así mismo, los retablos de las capillas laterales, además de la piedra trabajada del coro y la imagen románica del Sagrario que corona el altar mayor, altar donde se coronaba a los Reyes de Navarra.
Pero, por encima de todo, lo que realmente destaca en esta catedral es su Claustro gótico (1277-1472), uno de los más ricos de la Edad Media europea. En él son numerosísimos los trabajos que habría que destacar: la Puerta Preciosa, la Adoración de los Reyes Magos, el Refrectorio, la Capilla de Jesucristo del s. XII, los mausoleos de Pere Arnaut y Johana de Beunça…

Abierto de lunes a viernes, en verano de 10:30 a 18 horas y en invierno de 10:30 a 13:30 y de 16 a 18 horas; sábados todo el año de 10:30 a 13:30 horas; entrada libre los domingos de 9 a 10:30 y de 18 a 20 horas. Entrada para mayores 2,40 €

LAS MURALLAS Y LOS PARQUES

La ciudad guarda todavía gran parte de las según la leyenda infranqueables murallas defensivas, construidas a lo largo de los siglos XVI y XVII y que constituyen uno de los paseos más agradables que se puedan realizar a través de ella, ya que buena parte de las murallas se han reconvertido en zonas verdes y la misma fortaleza en parque. Por estos detalles y otros muchos, Iruñea se ha convertido en una ciudad muy agradable, jalonada de parques, jardines y zonas verdes.

Si nos situamos entre la Plaza de Toros y el frontón Labrit, a la derecha contemplaremos el parque romántico de la Media Luna, en un meandro del Arga, con sus vistas del río, las huertas y las piscinas, una pista de patinaje y mucho arbolado.

Desde el mismo lugar, enfrente nuestro tenemos el Parque de la Tejería sobre el río, y a la izquierda comienzan las murallas. Sobre éstas, os recomendamos pasear por arriba pero también por los jardines en sus fosos, ya que de una u otra manera el paseo es muy hermoso.

En el extremo nor-oriental de las murallas (junto al meandro del río) tenemos La Vuelta de Aranzadi y las piscinas municipales. Volviendo al centro por el precioso puente de piedra (el Portal Nuevo sobre la carretera) que une el Paseo de Ronda y el Parque de la Taconera, nos adentramos en el corazón verde de Iruñea.

El Parque de la Taconera, de estilo romántico francés, es el más antiguo de la ciudad y cuenta con hermosos paseos con mucha sombra y numerosas estatuas y monumentos, además de una charca donde viven patos y demás animales de agua. Si cruzáis la Avda. de Baiona, os adentraréis en el pequeño Parque de Antoniutti, de forma triangular y situado en los fosos de la Ciudadela.

Para entonces ya nos habremos adentrado en la impresionante zona verde que ocupan el Parque de la Ciudadela, conectado al anterior, y el Parque de la Vuelta del Castillo que rodea a éste. La construcción de la Ciudadela comenzó en 1571 por orden de Felipe II, con planta pentagonal y bastiones en los ángulos, cada uno con su nombre: Santiago, San Antón, Victoria, Reina y Real.

La puerta principal que da a la Parte Vieja es la que se encuentra en la Avenida del Ejército; la otra, de nombre Socorro, es la que da la vuelta al Castillo. A fin de cuentas, esta fortaleza, prisión de más de un personaje célebre, se ha convertido hoy en día en lugar privilegiado de descanso, ya en su interior como en su exterior. En los antiguos fosos, por ejemplo, encontramos hoy entre otras cosas un pequeño y curioso zoo, y en su interior se han acondicionado unos cuantos lugares para exposiciones de arte. Además de todo ello, han vestido el parque con numerosas obras de arte tanto clásicas como modernas, con lo que el disfrute está asegurado. Fijaos, por ejemplo, en un par de pequeñas cabañas realizadas con diversas plantas.

La Vuelta del Castillo es, además, una zona más que apropiada para andar o practicar deporte por sus extensas campas. Por último, conectada con esta última (como veis, aquí todos los parques están unidos), tenemos la Plaza de los Fueros, vestida con árboles autóctonos de las diferentes zonas de Navarra: la Montaña, el Centro y la Ribera.

Territorio:
Altitud:
Población:
Vascoparlantes:
Extensión:
Densidad:
Fiestas:
Nafarroa
347 m.
166.279
%7
24 km2
6.928 hab./km2
San Blas (3 de febrero)
Santa Águeda (5 de febrero)
San Fermín (6-14 de julio)
San Fermín Txikito (25 de septiembre)
San Saturnino (29 de noviembre)

 

 

 

 

Página principalTierra de Estella y cuenca de PamplonaComo llegarQue verVer fotos

Si tienes alguna sugerencia, has encontrado algún error o quieres hacernos llegar una queja: Sareko Argia
ARGIA. Zirkuitu Ibilbidea, 15. pabilioia. 20160 Lasarte-Oria (Gipuzkoa)
Tel: (943) 371545 / Fax: (943) 373403