LAS
GARGANTAS DE KAKUETA
Entre los tesoros que la Naturaleza ha ofrecido a Zuberoa, es obligado
citar sus gargantas, y entre ellas las más conocidas, las
de Kakueta. Este cañón de dos kilómetros de
largo, atravesado por el río Uhaitza, constituye un paraje
increíble, con dos paredes naturales que en algunos lugares
llegan a los 350 metros de altura mientras que en su base casi se
tocan a tres metros.
Además, este cañón uno de los lugares más
salvajes e impresionantes del Pirineo está totalmente preparado
para el turismo, y de esta manera cualquiera tiene la oportunidad
de hacer este maravilloso paseo con la ayuda de senderos, agarraderos,
puentes y un largo etc.
De todas maneras, no fue hasta principios del s. XX cuando las
primeras expediciones científicas pudieron explorar esta
gruta en la que apenas entra la luz solar.
ITINERARIO
La entrada a la garganta está antes de llegar a Santa Grazi.
En este mismo lugar, además de vender las entradas (mayores
3,75 € y niños 3,3 €), está la cafetería,
y, en caso de querer extremar las medidas de seguridad (no es obligatorio),
podéis coger uno de los numerosos cascos que encontraréis.
Luego, en ruta, también encontraréis aparatos para
hacer llamadas de emergencia. El camino no tiene ninguna dificultad,
pero estas medidas están bien como precaución.
Antes de adentrarnos en el cañón, dejaremos un pequeño
lago a nuestra derecha y seguidamente entraremos en la garganta
siguiendo las numerosas indicaciones. Desde este momento iréis
quedando cada vez más sorprendidos, ya que uno detrás
de otro nos irán apareciendo impresionantes espectáculos
naturales en ambas paredes. En algunos sitios veréis pequeñas
cascadas cada cual más bella que se derraman por entre estos
muros mágicos que os dejarán ver el cielo sólo
de vez en cuando.
Si tenéis la oportunidad de hacer fotografías, os
recomendamos que hagáis primero el recorrido entero y dejéis
las fotos de los lugares que más os hayan gustado para la
vuelta, porque, si no, antes de que os deis cuenta se os habrá
acabado el carrete. Así mismo, tened en cuenta que por este
paraje tan angosto entra muy poca luz y que puede que necesitéis
un trípode.
Por último, llegaréis a una gran cascada de la que
todavía no se conoce su origen y que sale directamente de
la roca. El camino termina unos metros más adelante, en la
Cueva del Lago, donde apreciaréis un sorprendente conjunto
de estalactitas y estalagmitas. De aquí en adelante el sendero
se complica mucho y solamente es recomendable para especialistas;
para los demás, lo mejor es dar la vuelta.
La gargantas están abiertas todos los días del 15
de marzo al 15 de noviembre desde las 8 de la mañana hasta
el anochecer. Para las tres horas que os llevará tranquilamente
hacer el recorrido, tened en cuenta llevar un calzado cómodo.
SANTA GRAZI
Perdida en la última esquina oriental de Euskal Herria,
este pueblo desperdigado de pastores es uno de los que mejor han
sabido conservar ese encanto zuberotarra tan especial. Situada entre
montes a 630 metros de altitud, su nombre le viene de la noble hispana
Santa Graciana, convertida después en mártir.
Por otro lado, Santa Grazi ha sido uno de los más antiguos
pasillos entre Zuberoa y el Roncal navarro, además de ser
parte del Camino de Santiago, como lo prueba el alma de esta población,
su iglesia románica de 1085. Construida por orden del Monasterio
de Leire como hospital para peregrinos, con los montes a su espalda
toma una forma de gran solemnidad, la misma que le confiere el haber
sido durante tantos siglos la reina de estos parajes aislados.
La arquitectura singular de esta iglesia (a un lado el campanario
alto con tejado a dos aguas y junto a él un único
tejado de gran inclinación) se funde con la de las casas
que la rodean, lo que confiere al conjunto una gran belleza. El
interior se compone de tres naves, en las que destacan los capiteles
policromados junto al altar que representan escenas bíblicas.
Junto a la iglesia hay un interesante cementerio, donde encontraréis
(junto a la entrada al templo) una hermosa cruz labrada entre varias
estelas discoidales. Por último, junto a la iglesia nace
el sendero que nos puede conducir a la garganta de Ehujarre.

|