EL DESIERTO VASCO
El punto de arranque para esta ruta nos ha parecido
la Ermita de la Virgen del Yugo, en el municipio de Arguedas, ya
que desde aquí podemos tener una amplia y preciosa vista
de la Bardena Blanca, que luego visitaremos. Por lo que se refiere
al propio templo de ladrillo, del s. XVII, podemos destacar en él
la imagen de la virgen, del siglo XV, y el retablo barroco.
Tomad el camino de piedra central de los que salen
de la escalinata de la ermita, y, ayudados por las señales
que aparecen en él y los pequeños monolitos que iremos
encontrando por el camino (de sentido único), al cabo de
5 km entraréis en Arguedas, para en él tomar la carretera
que se dirige a la derecha, junto al Restaurante Hernani. El monumento
más representativo de la población es la iglesia de
San Esteban con su torre, una construcción de nave única
del siglo XVI y de estilo gótico-renacentista. El Ayuntamiento,
de 1700, también es de destacar.
Ya de camino a Tudela, pasaremos por al lado de
una gasolinera, y, al cabo de 700 metros, a nuestra izquierda veremos
nacer el camino asfaltado que nos adentrará en Las Bardenas
(sólo está señalizado viniendo de Tutera, así
que estad atentos). A 1,5 km, girad a la derecha (si no, llegamos
a una cooperativa) y, a partir de ahí, seguid siempre rectos.
Como veréis, el paisaje ya se ha vuelto semidesértico,
y en el km 15 de la ruta pasaremos por un pequeño collado,
que hará que surja ante nosotros un paraje lunar realmente
alucinante. A otros 4 km llegaremos a la base militar, que se encuentra
justo en el centro de Las Bardenas. De aquí en adelante seguiremos
siempre el camino de piedra, que rodea la base a modo de círculo,
y con ello nos adentraremos en la parte más salvaje de este
desierto. Da exactamente igual, pero nosotros hemos elegido dar
la vuelta en sentido contrario a las agujas del reloj.
Mientras contemplamos tranquilamente (el camino
no deja ir mas rápido) las formas a nuestro alrededor, iremos
quedando cada vez más alucinados, ya que ese paisaje lunar
que nos tiene cautivados nos parece cada vez más irreal.
A 9 km de la entrada de la base comenzaremos a adentrarnos por la
zona de Prallón, y, nada más verlo, nos vendrá
a la mente la imagen de la Arizona estadounidense.
A su entrada, a 11,5 km de la base y a la derecha,
llegamos al lugar (del mismo nombre) que nos hará recordar
el mito del bandolero Santxikorrota, bajo el balcón natural
que pasa por ser el paraje más espectacular de toda la Bardena.
Subid a la colina y no os arrepentiréis: el conjunto de cumbres
"tipo meseta" del Prallón y del Piskerra delante
nuestro, y entre ellos el paraje irreal formado por pequeñas
colinas estriadas erosionadas por el viento y un verdadero valle
laberíntico; en definitiva, una de esas impresionantes imágenes
que se quedan grabadas por mucho tiempo en nuestra mente.
De vuelta al camino principal, veremos cómo
se suceden vistas de tipo similar, a cada cual más espectacular
y ante las cuales más de una vez quedaréis boquiabiertos;
y, cómo no, cuando ante vosotros surja una auténtica
chimenea tapada, 4 km antes de llegar otra vez a la base. Ante este
"castillo de tierra" de unos 20 metros de altura, os daréis
cuenta de hasta dónde llega el poder creador de la erosión.
Delante de él veréis el curioso monumento dedicado
al Pastor de las Bardenas.
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EL
DESIERTO DE LAS BARDENAS
LA BARDENA
BLANCA
Desierto o paisaje lunar, la desolación de Las Bardenas
forma uno de los parajes más exóticos y mágicos
de Euskal Herria. En ningún otro sitio encontraremos un paisaje
que nos haga recordar tan vivamente esa imagen de "Far West".
La llanura del Ebro es a la altura de Tutera una de las zonas más
secas de la península, y, si a eso le añadimos la
desolación dejada por las guerras navarro-aragonesas y la
masiva tala de bosques en el siglo XVIII, el resultado es el paisaje
lunar que contemplamos.
Las Bardenas (el nombre parece venir del vasco "abardena")
forman un rectángulo de 415 km2 en el extremo sudeste de
Nafarroa y se dividen en tres o cuatro zonas. Las más importantes
de éstas son: La Bardena Negra (conserva más vegetación,
sobre todo pino y matorral, y por ello parece negra desde el cielo)
y La Bardena Blanca (la más erosionada, desértica
y, por tanto, espectacular; nosotros nos centraremos en ella).
LA BLANCA Y SUS BANDOLEROS
La Bardena Blanca es una extensa depresión atravesada por
hileras de pequeñas montañas, de formas tan curiosas
como caprichosas (estriadas, tipo meseta
). Dentro de ella
hay una zona especialmente espectacular, casi increíble,
como es la zona del Prallón y Piskerra (ver itinerario),
por donde se abre paso la Cañada de los Roncaleses.
Cerca de aquí tenemos los restos del que fue castillo del
mítico bandolero Santxikorrota, un personaje real del s.
XV, que llegó a ser el verdadero "rey" de estos
difíciles dominios. Aquí era donde se escondía
cuando venían tiempos duros, según la leyenda junto
con su tesoro, y el Rey Juan II tuvo que montar un verdadero ejército
de 200 caballeros para atraparlo a él y a sus compinches,
aunque el bandolero prefirió suicidarse antes.
LAS CAÑADAS REALES
Este inmenso desierto no pertenece a un solo municipio, sino que
el uso y disfrute de sus tierras y pastos (que también los
hay) se rige por unas normas aprobadas por los pueblos congozados
y que datan de la época de Fernando V. Estos pueblos son
los de los alrededores pero también los de los valles del
Roncal y Salazar, ya que, aun siendo valles pirenaicos, siempre
han estado unidos a estas tierras a causa de la trashumancia y el
cambio de pastos.
En junio se lleva el ganado de Las Bardenas a los Pirineos, pero,
antes de que comience el frío, en septiembre, se devuelve
al sur, para que pasen el invierno en estas tierras más templadas.
Esta ruta puede llevar de cinco a siete días y su punto culminante
se da con la "Sanmiguelada"; este día, y siguiendo
una tradición de más de 500 años, miles de
ovejas entran en Las Bardenas y hacen temblar sus tierras.
RECOMENDACIONES
La mejor época para visitar el Desierto de Las Bardenas
es la primavera o el otoño, ya que en verano puede que haga
demasiado calor y porque en primavera, por ejemplo, el contraste
entre los verdes pastos y las colinas más amarillentas de
fondo es más que espectacular.
Por otra parte, tened en cuenta que es fácil perderse si
nos alejamos demasiado de la pista que rodea a la base militar y
que ni en esta ni en varias zonas alrededor se puede penetrar (hacen
prácticas de tiro real); por ello, es muy recomendable un
buen mapa si queréis hacer excursiones por la zona. Por último,
si la excursión es andando, es imprescindible llevar una
buena cantidad de agua, y, además de ello, os recomendamos
llevar bastante comida y en caso de pérdida y de tener que
pasar la noche al raso ropa de abrigo

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